El dato reciente de inflación ha provocado movimientos anticipados en el mercado financiero argentino. Desde que Javier Milei asumió su cargo, la tasa de referencia ha experimentado una notable disminución, pasando de un 133% a un 50%. Durante abril y lo que va de mayo, el Banco Central (BCRA) ha realizado tres reducciones en la tasa de referencia, coincidiendo con la publicación de datos inflacionarios y con la necesidad del Tesoro de emitir deuda para enfrentar sus compromisos financieros.
Analistas del mercado han señalado que esta semana el Ministerio de Economía deberá enfrentar vencimientos por casi $2,5 billones, principalmente en bonos indexados por CER (LECER mayo y T6X4). En respuesta a esta situación, el mercado ha comenzado a anticipar una baja en las tasas de política monetaria en la previa.
Según expertos de la consultora PPI, la estrategia del Tesoro y del BCRA se ha coordinado para adaptarse a las expectativas de inflación del mercado. Esta estrategia ha sido efectiva para captar la demanda de inversores por nuevas letras, a pesar de que la última licitación no logró cubrir la totalidad de los vencimientos.
Los retornos de bonos en el mercado se han ajustado a la expectativa de una baja en la tasa de referencia. Este lunes, los precios de las Letras Capitalizables (Lecap) y los bonos CER con vencimientos más próximos han experimentado incrementos, mientras que las tasas han disminuido.
Martín Polo, jefe de Estrategia de Cohen, afirmó que es probable que el BCRA busque incentivar la participación en la próxima licitación recortando la tasa de referencia a un rango entre el 40% y 45%. Por su parte, analistas de Outlier estiman que la baja de la tasa de política monetaria podría situarse en 5 puntos porcentuales, dejando la tasa efectiva mensual en un 3,75%.
Se espera que esta medida, además de dirigir los pesos de los bancos hacia el financiamiento del Tesoro, sostenga una tasa real negativa en el mercado. Sin embargo, se advierte que en el segundo semestre podrían surgir desafíos si no se implementan cambios significativos en el régimen cambiario o monetario, lo que podría generar un aumento en la demanda de dólares.