El Gobierno de Brasil ha decretado el estado de calamidad en 345 de los 496 municipios que conforman el estado de Río Grande do Sul, después de una semana de lluvias intensas que no se habían visto desde 1941. Las ciudades más afectadas incluyen Porto Alegre, Canoas y Caxias del Sur, donde el nivel del agua ha superado los cinco metros.
Según la Defensa Civil del estado, al menos 86 personas han perdido la vida, más de cien están heridas y 134 permanecen desaparecidas. La Fuerza Aérea Brasileña ha desplegado drones para ayudar en las labores de búsqueda y rescate. Se estima que más de 844.000 personas han sido afectadas en todo el estado, con 134.300 personas que han perdido sus hogares.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha prometido recursos y apoyo inmediato a Río Grande do Sul: "Le debemos mucho a Río Grande do Sul y al pueblo gaucho", declaró. Lula visitó la región acompañado por ministros y líderes del Congreso para evaluar la situación y coordinar esfuerzos de ayuda.
Las inundaciones han dejado dos tercios de los municipios del estado afectados, con más de cien mil personas desplazadas. Las infraestructuras críticas como carreteras y puentes han sido destruidas, y se han reportado deslizamientos de tierra y el colapso parcial de una presa hidroeléctrica. Más de 400.000 personas están sin electricidad y casi un tercio carece de acceso a agua potable.