En una jornada cargada de expectativas y tensiones en la Cámara de Diputados, la Ley Ómnibus, un extenso proyecto que ha experimentado ajustes significativos en el transcurso de su tratamiento legislativo, fue aprobada en general con 144 votos a favor y 109 en contra. No obstante, la aprobación final sigue en vilo, ya que el oficialismo enfrenta el desafío de obtener consensos en puntos clave que han generado discordia.
El comunicado emitido por la Casa Rosada minutos antes de la votación en general contribuyó a la atmósfera de tensión. En este mensaje, se instó a los representantes a "elegir entre la libertad de los argentinos o del lado de los privilegios de la casta y la república corporativa". Una declaración que refleja el descontento del Gobierno con los bloqueos y condiciones impuestas por las provincias y los bloques dialoguistas, quienes han condicionado su apoyo a la realización de nuevas modificaciones en el texto.
Un punto neurálgico de discordia es la coparticipación del impuesto PAIS. Los diputados de Córdoba Federal, en particular, han amenazado con introducir cambios en favor de la coparticipación del tributo, lo que añade un elemento crucial al ya complejo escenario. La Casa Rosada ha dejado en claro que considera que "el momento del debate ha terminado", estableciendo un límite a las presiones y buscando consolidar apoyos sin mayores concesiones.
El impuesto PAIS, que ha sido objeto de intensas negociaciones, representa uno de los puntos más importantes. Aunque se había acordado inicialmente excluir este tema de la discusión, el mismo ha vuelto a la mesa de debate, generando divisiones incluso dentro de los bloques dialoguistas. En cuanto a las privatizaciones, un capítulo crítico de la Ley Ómnibus, se registraron avances significativos con una nueva redacción que reduce el listado de empresas susceptibles de ser vendidas de 39 a 30. No obstante, el consenso no es total, y la privatización del Banco Nación sigue siendo un punto de fricción importante.
El Gobierno se comprometió a retomar el diálogo con los gobernadores y la oposición durante el fin de semana, buscando acercar posiciones y allanar el camino para la votación en particular que se llevará a cabo el próximo martes. En juego está la aprobación final de una ley que ha generado debate, tensiones y expectativas en la escena política argentina.