La ciudad de Corrientes enfrenta una de las peores catástrofes naturales en su historia, luego de las lluvias y vientos violentos que azotaron la madrugada. En respuesta a esta emergencia, el Comité de Crisis municipal, en coordinación con el gobierno provincial, ha activado siete refugios para acoger a los afectados. Estos refugios, ubicados en los Centros Integradores Comunitarios (CIC) de varios barrios y en escuelas, proporcionan alimento, atención médica y contención a casi mil personas, con más de 800 personas pasando la noche en estos lugares.
José Ruíz, subsecretario de Riesgos y Catástrofes, describió la situación como una "catástrofe sin precedentes", destacando que el sistema pluvial y las napas no pudieron hacer frente a las intensas lluvias, exacerbando la situación. Las zonas más afectadas incluyen sectores de los barrios San Francisco, Ponce, Santa Rita, Pirayuí Nuevo, Esperanza y La Olla, donde se registraron anegamientos tanto en viviendas como en calles.
Debido a que muchas calles quedaron anegadas debió ser restringido el servicio de recolección de residuos, y se retomará el lunes. No obstante, durante el día y la noche equipos especiales trabajaron en la recolección en toda la ciudad, principalmente para despejar desagües.
En cuanto al transporte, si bien durante la jornada las líneas tuvieron interrumpidos sus recorridos, por la tarde se retomó el servicio de los ramales 102A-C, 106B, 109A, 110, 101, 103A-B-C; 104A-B-C—D, 105A-B-C. El resto se irá regularizando.
En otro orden, quedaron suspendidas las clases este lunes en los centros de desarrollo infantil municipales y también los operativos SUBE previstos a realizarse en la facultad de Odontología de la UNNE. Los mismos fueron reprogramados para los días 5 y 6 de marzo.