Un cuarto de siglo de caminata y devoción
En una jornada cargada de emoción y espiritualidad, la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) celebró su 25ª Peregrinación de Plata a Itatí, marcando un nuevo capítulo en una tradición que une fe, juventud y compromiso comunitario.
La columna de peregrinos universitarios arribó el domingo 5 de octubre cerca de las 10:45 de la mañana, ingresando a la localidad por la Avenida 25 de Mayo y rodeando la Plaza Fray Luis de Bolaños, en medio de aplausos, cánticos y pañuelos celestes y blancos que ondeaban en honor a la Virgen Morena.
Solidaridad en acción
Más allá del aspecto religioso, la peregrinación incluyó un gesto solidario que ya es parte esencial de esta tradición. Los caminantes realizaron donaciones al Cottolengo Don Orione de Itatí, institución que brinda asistencia a personas con discapacidad y en situación de vulnerabilidad.
Este acto reafirma el compromiso de la comunidad universitaria con la acción social, fortaleciendo los lazos entre la UNNE y las instituciones locales.
Fe, encuentro y bendición
Al llegar al santuario, los peregrinos fueron recibidos por el rector de la basílica, Padre Porfirio Ramírez, quien les impartió una bendición especial en reconocimiento a su perseverancia y devoción.
La jornada culminó con la Santa Misa presidida por el arzobispo de Corrientes, Monseñor José Adolfo Larregain, en coincidencia con el Jubileo de los Catequistas. Durante la ceremonia, se destacó el valor de la peregrinación como símbolo de unidad y testimonio de fe viva en la comunidad educativa.
Una tradición que deja huella
A lo largo de 25 años, la peregrinación universitaria a Itatí se consolidó como un hito espiritual e institucional. Lo que comenzó como una iniciativa de un grupo de estudiantes se transformó en una expresión multitudinaria que atraviesa generaciones.
Esta “Peregrinación de Plata” no solo conmemora un camino recorrido, sino que proyecta hacia el futuro el compromiso de la UNNE con los valores de la fe, el servicio y la solidaridad.